Cuando primero la conoces te pega como ese balonazo en la cara durante recreo. Frio paralizante luego, caliente con coraje. ¿Que? Que MADRES estoy haciendo aquí. Esto es mentira. ¿Por que estoy perdiendo el tiempo? ¿Por que me digo mentiras? ¿Por que me “hago” esto?
Y te das cuenta que todo lo que habías estado haciendo en automático para pasar el tiempo, entumeciendo con entretenimiento era para evitar la verdad.
La verdad de lo que SABES deberías estar haciendo.
Deber por que te lo debes a ti y a nadie más y eso es lo que significa lo sagrado. Aun que sea un destello, entiendes lo simbólico de cualquier religión como el paraíso tu mente y el cuerpo tu templo. Un mar adentro. Que solo tú puedes accesar.
Tus sueños te dicen la verdad pero los ignoras. El cuarto detrás escondido en ese espacio de tu mente. De alguna casa familiar. Era más grande de lo que pensabas. Ese cuarto si existe.
A veces te despiertas a las 3am con claridad.
Como un abrazito de sol calentando la grava del camino hacia la reja que siempre te estuvo esperando. Sabes lo que tienes que hacer.
A las 7am lo olvidaste y regresaste a tú automaticidad.
Hazte caso. Mejor automatiza tu verdad.
Ya eras automático y lo fuiste por años. Lo hacías gratis y para alguien más.
Ahora se tú. Se autónomo.